El éxito nos da CRECIMIENTO, EXPANSIÓN Y EVOLUCIÓN; sin embargo el camino está lleno de tropiezos donde podemos sentir que no estamos obteniendo ninguno de estos resultados. Si te encuentras en esta situación de estancamiento, sigue leyendo. Recuerda que:
“El éxito es tu responsabilidad.”
Pero primero hablemos sobre lo que significa ser exitoso. Cuando crecemos muchas veces escuchamos que implica tener una casa, familia, un auto, una vida cómoda o tener una gran fortuna; y aunque no siempre es el caso, tendemos a basar nuestra definición de éxito de acuerdo a esto o lo que nuestro entorno nos enseña. Y en este punto te invitamos a reflexionar ¿qué es el éxito para ti?, ¿qué es lo que verdaderamente deseas? pues a veces la sensación de estancamiento se debe a que perseguimos algo que en realidad no queremos. Por eso es importante que construyas tu propia definición de éxito.
Otro de los paradigmas con respecto al éxito es considerar al fracaso como su opuesto. El fracaso en realidad es parte del camino y es fundamental para lograr nuestros objetivos. Es una señal para parar y examinar lo que hicimos, observar cómo podemos mejorarlo aprendiendo de él y cambiando la estrategia. Si intentamos evitar el fracaso, sólo estancaremos nuestro progreso.
“Lo único contrario al éxito, es el CONFORT. En pocas palabras, la NO ACCIÓN.”
Las emociones que cierran la puerta al éxito son la apatía, la flojera y la indiferencia; te detienen de avanzar y en realidad no aportan nada. Si somos indiferentes a nuestras metas entonces nada sucederá. Si reconoces estas emociones en tus objetivos te recomendamos que pienses nuevamente si es lo que en verdad deseas. Hay que tener cuidado en no confundir la flojera con la desmotivación, pues habrán días en nuestro camino hacia la meta, donde no tengamos ganas de hacer ciertas tareas dentro pero es la disciplina, la constancia y sobretodo la pasión por ese objetivo lo que no dará gasolina en esos momentos; tener flojera es simplemente no querer hacerlo nunca.
El fracaso a veces genera frustraciones temporales; sin embargo, equivocarse nunca es señal de abandonar tu objetivo, sólo es señal de que puedes mejorar. Es por eso que hoy creamos las 14 red flags de los verdaderos enemigos para lograr tu meta.
- Postergación. Toda justificación o excusa que te dices a ti mismo para no actuar.
- Sobrepensar. Pensar y pensar sin actuar, sólo te congela. Comienza con lo que tienes aunque no sea perfecto ni experto… ¡Pero empieza!
- Apatía. Ver sólo el lado negativo y sin entusiasmo.
- Indiferencia. La falta de interés por aprender.
- Indecisión. Darle vueltas al asunto sin enfrentar los problemas.
- Falta de claridad. Idealizar o generalizar sólo te llevará a un laberinto sin salida.
- Predisposición. Antes de hacer algo ya estás anticipándote de lo que va a resultar.
- Autocrítica extrema. Te juzgas por todo lo que haces mal o tus equivocaciones, te lastimas con tus palabras, te culpas, te exiges demasiado.
- Placer inmediato. Adicción a lo instantáneo.
- Controlar los eventos de la vida. Querer que las cosas sean como tú quieres y que los demás actúen como tú esperas. Recuerda que no puedes cambiar las circunstancias pero sí tu actitud hacia ellas.
- Frustración. Cuando no podemos conseguir lo que proyectamos nos llenamos de esta sensación desagradable, sólo identifícala y continúa, nunca abandones tu objetivo.
- Impaciencia. Todo proceso conlleva su tiempo, no podemos apurar al árbol para que de los frutos ¿no crees?
- Miedo a lo que los demás piensen de ti. Actuar con la necesidad de aprobación de los otros, ser la monedita de oro.
- Dejarse influir por los otros. Si la persona que te está dando un consejo como experto de algo que ni siquiera ha intentado o si no tiene conocimiento ¡no lo escuches!
No podemos cambiar algo que no identificamos
Identificarnos con alguno de estos puntos puede ser difícil e incluso doloroso; la buena noticia es que si ya lo viste, quiere decir que estás preparado para cambiarlo. Tengamos en cuenta que los procesos nunca son perfectos y que aunque sea difícil evitar completamente todos estos puntos, sí podemos hacernos más conscientes y disminuir su presencia en nuestro recorrido. Y recuerda que cuando aparezcan, se vuelve un problema pero también la respuesta sobre dónde debes buscar la solución.